jueves, 20 de junio de 2019

WESTERN STARS -reseña-

                                                                                                            
 Por María Jesús Ávila                               
WESTERN STARS 🔸🔸

      Ha sido un largo camino desde Born to Run y los personajes de Springsteen siguen siendo vagos pero ya no buscando la aventura y la salvación sino que han devenido en hombres perdidos y derrotados con poca esperanza en la redención. Western Stars está plagado de estos personajes: autoestopistas, ex-cantantes, stuntmen, operadores de grúa en el Oeste estadounidense como el perfecto escenario. 

      El álbum toca un tema recurrente: el mundo emocional de los hombres y cómo sus decisiones los han llevado a pagar las consecuencias. Estos son personajes atribulados, trabajando pesadamente para olvidar (Tucson Train) e incapaces de dormir por las noches por el pasado que les persigue (The Wayfarer). Buscan la conexión humana a pesar de vivir en un exilio social que no se sabe si es impuesto, sugiriendo que quizás prefieren la libertad que trae la soledad (Hitch Hikin’).

     Para Springsteen, en cuya obra no aparecen personajes femeninos con voz propia y en primera persona sino que son vistos desde la mirada masculina, las mujeres son uno de los epicentros a donde los hombres intentan regresar tras el agravio, viven con la nostalgia de reencontrarse con ellas en la estación de tren o cruzando la frontera en Baja California, en límites no solo geográficos sino emocionales y existenciales (Drive Fast, The Stuntman).



     Los atisbos de esperanza los ponen piezas como Sleepy Joe’s Café y el ya convertido en  himno Hello Sunshine sobre superar la depresión a bordo de un El Camino como metáfora y símbolo de seguir adelante. Perseguir caballos salvajes, el desierto, los amaneceres y puestas de sol fungen también como símbolos y hacen de este un álbum cohesivo temática y musicalmente. 

    Con reminiscencias a sus álbumes previos pero con un nuevo sonido entre el pop orquestal y el country, el de Nueva Jersey, que este año cumple 70, se atreve y se reinventa a partir de las influencias musicales y cinematográficas de su juventud, haciendo suyo este legado y entregándolo a las actuales generaciones en lo que ojalá se convierta en una nueva era Springsteen.

*[Agradecemos a María Jesús Ávila y al Fan Page de Bruce Springsteen en México CRUZANDO LA FRONTERA, que muy generosamente compartieron esta reseña con nosotros. Pueden seguirlos por Instagram  https://www.instagram.com/p/By2zitBFE7q/?igshid=5bv5m03axztk]

miércoles, 19 de junio de 2019

HELLO SUNSHINE


                                                                                              
Por Juan Martín Nogueira 
                                                                                    
              Otra vez una carretera y un auto que invitan a seguir un destino incierto, una libertad que se va haciendo a base de decisiones. Ya la invitación a Mary quedó en un pasado, el camino del trueno ya fue recorrido.

              La hoja que una vez estuvo en blanco, fue llenándose en la historia que recrea una vida.

           Y aquel joven que invitaba a lo desconocido es hoy un adulto que acepta la tristeza y el desengaño, al menos en la dosis que permite disfrutar sin hipocresías. Se trata quizás de saber convivir con la propia experiencia, para alcanzar el equilibrio en la tempestad de un mundo siempre en crisis.

“...Tuve suficiente angustia y dolor...Tuve un pequeño punto exacto para la lluvia...Esa que venía con el cielo gris...”

         Pero la invitación sigue intacta, y la ruta continúa siendo ese espacio que nos puede devolver la libertad, con esa latente esperanza de encontrar el lugar preciado. Pero siempre aceptando nuestra condición de vagabundos.

         Vacío, pero a la vez colmado de pasión. Solitario, pero siempre esperando encontrar el punto de encuentro exacto. El hombre que crece acepta la tristeza como parte de un camino que devuelve nuevos desafíos que llenan de esperanza esta vida.

          Son los opuestos que se enfrentan y se encuentran en esta dialéctica que todos enfrentamos en el día a día.

 “..Siempre me gustaron mis zapatos para caminar…Sin dejar de reconocer que podemos tener cierto aprecio por la tristeza...Caminando lejos hasta alejarse...”

       La sociedad nos pierde con su veneno tan frenético, sus necesidades distantes a las verdaderas, que nos traen angustia y desasosiego. No hay tiempo, y corremos a ninguna parte.

        Hasta que nos acordamos de ciertas promesas esenciales, tocando fondo en esos lugares que nos permiten volver a empezar.

“...Siempre amé los pueblos solitarios y las calles vacías...Sin nadie alrededor...  Enamorándome de la soledad...”

      Y ahí tenemos a mano el camino, un lugar que nos lleva, nos enfrenta, nos reconcilia con nuestro pasado.  Los fantasmas se despejan, y nuestros sueños piden realidad.

“...Siempre me ha gustado ese camino vacío...Sin un lugar para quedarse, y millas por recorrer...Que están muy lejos de aquí...”

       Y ahí está el camino que nos permite esperar, con el corazón abierto, un poco de luz redentora, un momento donde los opuestos se juntan y nos devuelven un instante de verdad.

      Y esa luz es maravillosa.

“...Hola rayo de sol!...No querés quedarte un instante conmigo...”